Amig@s hoy nos pusimos historiadores y nos sumergiremos en los albores de la historia cervecera, en una época donde la proto-cerveza marcó el comienzo de una tradición que ha perdurado a través de los siglos…
Imagina un escenario prehistorico donde no exitia nada de lo que hoy tenemos al alcance de nuestras manos, donde nuestros donde nuestros antepasados, mientras recolectaban granos y almacenaban agua, dejaron sin querer que estos elementos se mezclaran. La magia ocurrió cuando levaduras silvestres presentes en el ambiente se encontraron con los azúcares de los granos y comenzaron el proceso de fermentación. ¡Voilà! Nació la proto-cerveza, un líquido que cambiaría el curso de la historia.
A medida que las comunidades prehistóricas comenzaron a entender los efectos embriagadores de la proto-cerveza, esta bebida adquirió un estatus especial. En algunas culturas, la cerveza era considerada un regalo de los dioses, y su consumo estaba asociado a rituales y celebraciones. En otros lugares, se convirtió en parte integral de la dieta diaria, ofreciendo una fuente de nutrición y una alternativa al agua potable.
Aunque la proto-cerveza de antaño no se asemejaba a nuestras cervezas contemporáneas en términos de sabor y refinamiento, sentó las bases para una tradición que evolucionaría con el tiempo. A través de civilizaciones antiguas, monasterios medievales, la Ley de Pureza Alemana y la Revolución Industrial, la cerveza se transformó en una manifestación compleja y variada de la creatividad humana.
Gracias a este descubrimiento hoy podemos disfrutar de este maravilloso brebaje que nos brinda diferentes estilos, grados y sabores que llenan los paladares de los amantes de cerveza, brindemos por nuestros antepasados y por la rica tradición cervecera que nos acopañana hasta el día de hoy…